27 dic 2011

You used to be my sweet

Caramelos, una palabra tan común ahora, caramelos-caramelos-caramelos. Caramelos de naranja, limón y cereza, los últimos sus favoritos. Cómo se puede convertir la palabra caramelos tan sólo en caramelos pensé, es una de las muchas palabras que deje de asociar y algunas hasta olvidé.
Hoy recordé los caramelos... siempre tenía un paquete en su bolsa del pantalón, en parte porque le gustaba todo lo que fuera dulce, otra porque a veces elegía un caramelo en lugar de un pucho y la mayoría porque tomaba un caramelo, lo metía en su boca de labios gruesos y grandes y se acercaba para darme un beso. Los besos tenían un sabor mezclado a caramelos de naranja, limón o cereza con tabaco, nunca me molesto, era una mezcla que se torno familiar algo de todos los días. Creo que lo que más me gustaba era que siempre pensaba en mí, cada vez que se acercaba a un kiosko y los pedía; porque los caramelos tenían como función principal poderme besar y entonces besarnos, besarnos y besarnos.
Hoy hace casi un año que no siento esa mezcla tan de él y ya no puedo evocarlo, así mientras pongo un caramelo en mi boca, es sólo eso un caramelo de limón, y así esta bien.

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